L to R: Mara Tieles (viola), Mariana Hutchinson (violin),
Keyla Orozco (cello), Federico Nathan (violin)
(video al final de la historia)
Cuando era pequeña, mis padres me ofrecieron la posibilidad de estudiar música en el conservatorio de mi ciudad natal. Lo que no recuerdo es como terminé eligiendo el piano. Parece que me gustaba la idea de aprender música y punto. Al principio, pensé que amaba este instrumento, hasta que mi hermano (el del medio) comenzó a estudiar violín dos años mas tarde.
A partir de ese momento todo para mi cambió de color. El violín se convirtió en una especie de tesoro al cual yo no tenía acceso (pero mi hermano sí). No es que hubiese perdido interés en el piano, ni siquiera me cuestioné cambiar de instrumento. Pero el violín me parecía mucho más especial. Estos eran algunos de los pensamientos que pasaban por mi mente entonces:
1- El violín lo puedo llevar conmigo donde yo quiera, el piano no.
2- Cuando voy por la calle con un violín, todo el mundo sabe que yo toco un instrumento (y eso tiene tremendo swing). En cambio, nadie sabe que toco el piano.
3- El violinista siempre puede tocar en una orquesta, pues se necesitan muchos. Mientras que piano en la orquesta, si lo necesitan, es solo uno.
4- Muchos violines juntos suenan como los dioses. Pero muchos pianos... No, gracias!
5- Con un violín puedes formar (por ejemplo) un cuarteto de cuerdas, ensayar y tocar en cualquier lugar, viajar juntos por todo el mundo, etc. Pero imagínense nada más cómo sería eso con cuatro pianos (sobre todo lo de los viajes por el mundo)!
Y así como esas, todos los días encontraba yo una razón para rendirle culto al violín y menospreciar al piano. Pero de cierta manera, no le veía marcha atrás a mi elección. Así que en algún momento me resigné y dejé de quejarme.
Pasaron los años y finalmente salí del piano para estudiar composición musical y dedicarme a escribir eso que le llaman “música contemporánea”, o “música de vanguardia” o “música nueva”. Cada quién encuentra un término x para definir lo indefinible.
Disfruto y amo muchísimo mi profesión. Sin embargo, siempre me quedó el aquello de que debía haber estudiado violín, o algún otro instrumento de cuerdas. Dicen que la vida te lleva tarde o temprano a encontrarte con tus sueños mas ocultos. Y heme aquí, contándoles a grandes rasgos la historia de mi vida, que es también la de esta “obra”, donde finalmente voy a realizar uno de mis sueños: Tocaré el cello!
A propósito de la reunificación de mi familia en la misma ciudad estadounidense, después de muchos años separados por un océano, decidimos comenzar a trabajar en algunos proyectos juntos. Ya que nos une no solo la sangre sino también la música, se me ocurrió formar un cuarteto de cuerdas familiar, pues con mi hermano (el del medio) y mis dos cuñadas teníamos los dos violines y la viola. Solo nos faltaba el cello, lo cual no sería difícil de resolver invitando a algún cellista local. Pero para mí era obvio que ese puesto me pertenecía, ya que se trataba de un asunto de sangre. El único problema era que yo no había tocado un cello en mi vida.
Podía haberme conformado incluso con ser la compositora oficial del cuarteto. Qué mejor honor que ese! Pero esta opción tenía sus desventajas. Al fin y al cabo, son los músicos quienes dan la cara en el escenario y reciben el aplauso. Los compositores casi siempre quedan en el anonimato después de tanto trabajo (a no ser que el director o los músicos se acuerden de invitarlos a saludar al final de la obra). Por otra parte, pensaba... Y qué pasará cuando el cuarteto empiece a viajar? Los compositores casi nunca van pal fasten! (fasten en “cubano” significa viajes). Y mientras los músicos están gozando en Paris, Roma, Londres, etc, uno queda encerrado entre cuatro paredes alucinando con eso de escribir garabatos en un papel y esperando a que regresen ellos con sus fascinantes historias. Luego tienes que conformarte solo con ver el programa de mano, donde esperas ansioso a que aparezca -con suerte- tu nombre correctamente impreso (si es que no hubo un error de edición o de omisión). Ya yo había tenido suficiente de esto, así que decidí lanzarme a la aventura de experimentar algo diferente. Ocuparía el puesto de cellista en el cuarteto a como diera lugar!
El próximo paso (y no menos difícil) sería convencer a los miembros del cuarteto -o sea a mi familia- músicos profesionales, serios, etc, de que mi idea funcionaría y no afectaría su reputación (pero esa es otra historia que prefiero mantener a discreción).
Como no sabía tocar el cello, la única manera de logar mi objetivo era escribiendo mi propia música. Total -pensé yo-, en la “música contemporánea” no se nota si uno sabe o no tocar los instrumentos. Cualquier ruidito que hagas será digerido por el público, les guste o no (por suerte en este tipo de contexto ya no se tiran tomates ni huevos). Los ruidos serían tomados mas bién como “efectos especiales” o eso que llaman hoy en dia “técnicas extendidas” y hasta más de una persona podría acercarse luego a decirme que le pareció “muy interesante”. Esa palabra (INTERESANTE) es siempre fabulosa. Después de todo le salva de un mal rato a mucha gente cuando se tropieza con el compositor en el vestíbulo del teatro después de la premiere de su nueva obra y no saben que decirle... Asi que pensé: No tengo nada que perder! Estoy segura de que con uno de esos libros como “Cello for dummies”, algunos videos en You Tube de “Como aprender cello en dos semanas”, ejercicios de respiración, yoga, tai-chi y una buena cara de palo (como decimos en “cubano”), puedo subirme sin problema a tocar el cello hasta en el Carneggie Hall.
El estreno y debut del cuarteto familiar fué cancelado debido a una tormenta de nieve en Rockville (creo que mi familia lo agradeció). Finalmente, sucedió donde menos lo esperaba, en Amsterdam! Ya no junto a los miembros originales, sino junto a un grupo de buenos y talentosos amigos, quienes desinteresadamente brindaron su esfuerzo y entusiasmo para esta ocasión. Le doy gracias a ellos, a mi familia y al público que estuvo presente (también por no tirar los tomates), mientras animo a todos los lectores a seguir luchando por conseguir sus más anhelados sueños. Aquí les dejo el video.
Gracias por su paciencia!